Concurso Internacional para un edificio singular residencial y ordenación de espacio público vinculante en las Vegas (Corvera de Asturias). Ayuntamiento de Corvera de Asturias, 2000. (FINALISTA)

© GUILLERMO GUIMARAENS

La abrupta tierra asturiana se somete a nuestra presencia, una presencia que ha ocupado la ladera natural con características terrazas, bancales sustentados por bandas de piedra que escalonan la pendiente transitando hacia la gran plataforma inferior.  Sin perder el concepto de las terrazas cayendo en cascada la nueva intervención pretende proseguir enlazando nuevas terrazas, de diferente magnitud dado el diferente uso al que van a ser sometidas. De este modo, los bancales inferiores van a ver como su cadencia es continuada por dos nuevas plataformas, la última  de las cuales alberga el gran espacio público elevándose sobre la barrera visual del tráfico ferroviario y rodado y abriendo sus brazos al núcleo urbano de la ciudad.

De este modo, desde las alturas, los primeros bancales se convierten en un gran paseo de zonas verdes, en cuyos extremos se habilitan unas escalinatas de piedra que permiten el paso de un bancal a otro mientras que, adosadas a los muros de mampostería, se abrazan ligeras rampas de madera, vidrio y acero, apenas perceptibles pero que generan el gran paseo continuo desde la cota superior hasta la misma plaza, un tenue recorrido vaporoso que se va apoyando puntualmente en cada bancal.

Tras nueve terrazas se accede a la primera gran superficie que albergará los espacios deportivos y de juegos. Una superficie que se conecta con el último bancal mediante un graderío que favorece la transición del uno al otro y la contemplación estática de todo lo que en él sucede. Entre este gran bancal y el último, la gran plaza, se establece una conexión vertical gracias a la ayuda de un extenso núcleo de comunicación que contendrá, junto a ascensores y escaleras, las zonas húmedas requeridas de servicio al espacio deportivo. Respetando el recorrido paisajístico una gran rampa conecta la plaza y la superficie superior, la cual actuará también como cubierta de parte de la superficie de la primera.

La última plataforma descrita, se convierte en la superficie principal de la intervención, extendiéndose por un extremo sobre el cauce fluvial, acompañando al tendido férreo por otro y, finalmente, conectándose con los bancales.

En el centro de la misma se emplaza el gran espacio duro que puede albergar todo tipo de espectáculos, un espacio que se extiende bajo la terraza del espacio deportivo, contando así con una amplia extensión cubierta. El cierre por el extremo sudoeste de la plaza lo facilita el emplazamiento de la gran torre de apartamentos que clausura el circo configurado por los bancales, permitiendo que esta se abra hacia el centro urbano de la ciudad. Los bajos de la edificación albergan corredores comerciales que se podrían extender a modo de gran bazar por todo el perímetro cubierto de la plaza. En el punto de arranque de la torre se pueden apreciar los dos módulos privados de acceso al edificio y a los aparcamientos, y el núcleo público que permite acceder desde la plaza al remate de la torre donde el visitante puede encontrarse con diversos espacios ya sean de restaurante, bar, salas de convenciones o minicines, en este último caso sería recomendable trasladar el uso a un espacio de sótano por diversos motivos; por un lado la necesidad de opacidad de una sala de proyección parece desaprovechar las fantásticas vistas que en ese espacio en altura se pudiesen gozar, a pesar de que se pudiese plantear una piel exterior que graduase dicho grado de opacidad en función del uso, por otro lado, la existencia de horas punta puede suponer un problema de saturación de las comunicaciones ya sea a la hora de acceder como una vez llegado el momento de evacuar.